Sensible fallecimiento.
28Mar - 2021

Sensible fallecimiento.

La comunidad del IBt se solidariza con la familia Saab - Abdo por el sensible fallecimiento del Ing. Jalil Saab Hassanille, acaecido el día sábado 27 de marzo de 2021.


Jalil Saab Hasanille 1947-2021


El sábado 27 de marzo nos dejó Jalil Saab Hasanille. llegamos al fin de sus mil y una noches, sus mil y una historias, sus mil y una quejas, sus mil y una lecturas, sus mil y una pasiones… Jalil vuela ya en su alfombra mágica.


El mejor tributo está siendo leer y escuchar las sentidas palabras con las que la comunidad lo despide por doquier. Nos conmueve ya su ausencia como parte de esa difícil “nueva realidad” a la que habremos de acostumbrarnos. Entraremos a la Unidad de Docencia buscado en la mirada de Gloria, la señal aprobatoria del pásele, ya llegó, pero en adelante no habrá tal señal, si acaso solo una media sonrisa cómplice, surgida del breve recuerdo de una riqueza compartida.


Ernesto lo define muy bien, como en una letanía de inicio de esta Semana Santa. Oh Jalil "Enciclopedia de la tramitología docente de la UNAM"", "Memoria de nuestros posgrados", "Recordatorio calendárico para estudiantes y tutores", "Recopilador ávido de nuestras estadísticas", "Guardián celoso de nuestras contraseñas" ¿cómo manito ?%$&##, ya apréndetela de una vez ¿no? ¿Quién velará ahora por nosotros?


Rápido para el enojo, pero más rápido para la reconciliación o para acabar rindiéndose ante la enésima solicitud de la misma información. Rápido también para la sonrisa. Nada describe mejor esa faceta tan suya -transparente y genuina- que todos le conocimos, que aquel nombramiento honorífico que le otorgó Paco Bolivar hace lustros: "Jalil, brazo docente de Al Qaeda".


Jalil hubiera querido nacer en Palestina, siempre cercana a su corazón, pero nació en la Ciudad de México un 12 de septiembre de 1947. Estudió Ingeniería Química en la Facultad de Química y con infinito orgullo se definía como Jefe de Docencia del Instituto de Biotecnología de la UNAM. Fue Profesor Fundador del CCH Azcapotzalco en 1971, y profesor del CUM. Lo fue también del CUAM-Cuernavaca “...de 1989 a 1993 trabajaba en el CUAM en la mañana y a mediodía se iba a la estación del Pullman y a fuera dejaba su coche, muy viejito y desvencijado para que nadie se lo robara” recuerda Edmundo Calva. Precisamente, gracias a su intervención, en 1993 su plaza se transfirió del CCH al entonces CIIGB. Egresados del IBt e hijos de muchos de nuestros académicos, aprendieron de Jaili las Leyes de Newton y los principios de la electricidad en la materia de física de la preparatoria. Mis hijos me decían que cuando el grupo no quería clase, pedían a Jalil una actualización sobre la situación en algún lugar del mundo donde hubiera conflicto. En el relato se le iba la hora. Cuando comentaba esto, Jalil, se reía: “creen que me toman el pelo, pero es la forma en que -sin que se den cuenta- los hago tomar consciencia social”. Me recuerdan su pasión al narrar los conflictos sociales -los Balcanes, las Repúblicas Soviéticas, la independencia Palestina o la tercera guerra mundial originada por la escasez de agua - combinada con la dificultad que la misma pasión le ocasionaba para introducir su cigarro “Alas” en la boquilla que en esa época usaba. Cuando se le agotaban los Alas y solicitaba un cigarro a los fumadores prematuros, los adjetivos de disgusto con los que agradecía los Marlboro con filtro divertían a la juventud. Siempre fue fiel a sus prioridades: ante la tajante prohibición de fumar en clase, en 2005 dio por concluida su actividad docente frente a grupo.


Todos hemos leído algo escrito por Jalil. Su obra se agrupa en artículos de diversa índole, publicados en La Jornada -cuando existía la sección Lunes en la Ciencia-, en la revista ¿Cómo ves? o en el Regional del Sur, periódico de Morelos. Escribió tres libros: "México, un experimento" en el 2010, un ensayo histórico-social; "Cuentos" en 2014, y finalmente una novela corta en la que narra su experiencia sobre el temblor de 1985: "De Temblores y recuerdos" publicada en el 2015. También lo leíamos a través de sus correos: de ciencia o de advertencia.


Durante la pandemia se refugió en la lectura. Como antes de la pandemia, mucha de nuestra comunicación electrónica versó sobre lo que estaba leyendo y recomendaba o no leer: terminé el de Marai (La mujer justa); ese sí me gustó. Ahora lo lee Mara. He leído unos buenísimos: de Reverte "Hombres buenos" No te lo pierdas. También estoy leyendo a Almudena Grandes: La madre de Frankenstein; excelente. Hasta a Balzac lo he retomado, junto con Dickens, Cuentos de Nabokov y Plutarco (Vidas Paralelas que leo en el baño). Más tarde me recomendó también El lector de Julio Verne de Almudena y hace tan solo unas semanas, primero me regañó por no haberle llevado antes: La penúltima vez que fui hombre bala de Etgar Keret unos cuentos que clasificó de “patéticos” (no le gustaron) y me prestó Los Besos de pan, también de Almudena, libro que ya no le regresaré. Como tampoco le regresaré Dios: Una historia humana de Reza Aslan. Ernesto también lo define como: más anarquista que rojo, pero siempre antisistema, o anti-lo-que-fuera, si eso derivaba en gozoso debate. Así, era un ferviente admirador de Marcuse y de Vasconcelos, y por su Raza, que era global, siempre Habló el Espíritu. Incluyo estas lecturas, pues serán para todos un espacio de reencuentro con el Jalil de la pandemia.


Su libro "México, un experimento" inicia con la cita de un proverbio africano: "Cuándo no sepas a dónde vas, voltea hacia atrás para saber de dónde vienes". Creo que Jalil siempre tuvo claro para dónde ir y de dónde venía, y justamente lo que más le enfurecía de su situación final, es que los médicos no le pudieran decir cuánto tiempo le quedaba de vida. El fin lo encontró sereno, satisfecho y arropado por el cariño de Mara, su verdadera fortaleza y su eterna compañera, así como el de sus hijas Marya y Yamile, dos alegres y exitosas mujeres, libres como les han enseñado a ser sus padres. Jalil nos deja un arsenal de recuerdos, anécdotas, testimonios y muy diversos detalles, mismos que ya se empiezan a plasmar en nuestro espacio de lectura común. Ahí lo seguiremos encontrando, cuando no lo ubiquemos en la jardinera junto a la dirección en amena tertulia con Enrique Reynaud, Andrés Saralegui, Edmundo Castillo y Arturo Pimentel.


El viernes pasado al concluir mi plática en "Ventanas Abiertas", después del Agradecimiento a los integrantes de mi grupo, en la última diapositiva incluí una fotografía y comenté:


"Éste es Santiago Ramón y Cajal, extraordinario científico, padre de la neurociencia, cabeza de la generación de sabios en la España de principios del siglo pasado…"


Pero en realidad a quien quiero hacer un agradecimiento es al ingeniero Jalil Saab Hasanille, quien, como Ramón y Cajal, es un gran humanista; Jalil siempre ha tenido una fotografía de Ramón y Cajal en su oficina, no solo porque lo admira, sino porque se parecían mucho. Recientemente Jalil tomó la valiente decisión de jubilarse después de casi toda una vida de apasionado servicio a nuestros jóvenes y a nuestro posgrado en la Unidad de Docencia. Me uno con este agradecimiento al que ha surgido desde nuestra comunidad toda, y al mensaje que se lee, pero casi se grita: ¡Fuerza Jalil!


El sábado por la noche Jalil, lleno de Fuerza, se fue para quedarse con nosotros para siempre. ¡Salam aleikum aleikum salam!.


Agustín López Munguía.


Actualizado 2021-03-30 12:15:38