En defensa de la UNAM por Gilberto Guevara Niebla
03Mar - 2020

En defensa de la UNAM por Gilberto Guevara Niebla

La autonomía de la UNAM fue una conquista histórica de México. La idea de conceder independencia a las instituciones que se dedican al cultivo de la ciencia, la filosofía y el arte proviene de la Ilustración y es una condición que se adoptó en todas las naciones.

Es verdad que en México la autonomía universitaria fue producto de una lucha (1929) y que no todos los países tuvieron “luchas por la autonomía”. Esa lucha fue necesaria en el caso de México para defender a la cultura superior de los afanes de control e intervención del Estado autoritario de la Revolución Mexicana.

La libertad de cátedra es el principal valor de la Universidad; el segundo valor, que defendió Antonio Caso, ante quienes pretendían imponer la doctrina socialista en la institución, fue el de orientación. Orientación significa que la Universidad, además de su irrestricta libertad interior, buscará permanentemente perfilar sus actividades (investigación, docencia, difusión cultural y extensión) a la atención de los grandes problemas sociales de México.

Los enemigos de la Universidad Nacional siempre sostuvieron que su libertad interior implicaría, en el largo plazo, la renuncia de la institución a cumplir con este prominente objetivo social. Pero esto no ha ocurrido. La UNAM nunca ha vuelto la espalda a los grandes problemas del país.

 La libertad ha sido cuna de una sensibilidad especial de las diversas colectividades académicas hacia las realidades punzantes del entorno. Un valor adicional que se ha gestado en esta institución es el desinterés. Las ideas y el pensamiento de muchos universitarios no están atados a banderías políticas o a beneficios materiales (es aberrante la opinión de quienes ven  la neutralidad y la imparcialidad de las personas como meros disfraces que ocultan actitudes conservadoras o neoliberales; esta aberración es moralmente insostenible a intelectualmente miope).

Los mexicanos debemos defender a la Universidad Nacional que vive, circunstancias difíciles. La UNAM tiene enemigos reales, no ficticios, enemigos que desean arruinarla, fracturarla, hacer que se debilite o se derrumbe. Esos enemigos son los enemigos de la inteligencia, los mismos a quienes el rector de la universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, interpeló en su momento.

Claro, siempre es impopular culpar a factores externos como causa de los problemas internos; pero no cabe duda que a la UNAM la amenazan desde fuera. Se trata no sólo de los diputados de Morena que intentaron dar un albazo para cambiar la Ley Orgánica, existen además otros poderes con capacidad para actuar soterradamente a través de agentes encubiertos en las mismas aulas universitarias.

Los conflictos internos de la Universidad se deben resolver mediante la razón y el diálogo inteligente y serio. Sobre esta base debe discutirse cualquier inconformidad. Si se renuncia a la inteligencia y se acude, en su lugar, a la violencia, quienes lo hagan estarán poniendo en peligro la integridad misma de la institución. Las y los estudiantes descontentos deberían no olvidar esto.

 


Actualizado 2022-03-10 18:16:58